LLUVIA ÁCIDA
Algunos de estos gases (en especial los óxidos de nitrógeno y el dióxido de azufre) reaccionan al contacto con la humedad del aire y se transforman en ácido sulfúrico, ácido nítrico y ácido clorhídrico . Estos ácidos se depositan en las nubes. La lluvia que producen estas nubes, que contienen pequeñas partículas de acido, se conoce con el nombre de "lluvia ácida".
Para determinar la acidez de un liquido se utiliza una escala llamada pH. Esta varia de 0 a 14, siendo 0 el mas acido y 14 el mas alcalino (contrario al acido). Se denomina que 7 es un pH neutro, es decir, ni ácido ni alcalino.
La lluvia siempre es ligeramente ácida, ya que se mezcla con óxidos de forma natural en el aire. La lluvia que se produce en lugares sin contaminación tiene un valor de pH de entre 5 y 6.
Cuando el aire se vuelve más contaminado con los óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre la acidez puede aumentar a un valor pH de 3.
Consecuencias
Lluvia Ácida
En el caso de que este video no puede reproducirse aquí dejo la página por si queréis verlo:
http://www.youtube.com/watch?v=hfGx8pF4Rhg&feature=related
El fenómeno de la lluvia ácida tiene consecuencias negativas sobre el medio ambiente, porque no sólo afecta a la calidad del agua, sino también a los suelos, a los ecosistemas y, de modo particular a la vegetación.
Aumenta la acidez de los suelos, lo que se traduce en cambios en la composición de los mismos, produciéndose la lixiviación de nutrientes importantes para las plantas, tales como el calcio, y movilizándose metales tóxicos, tales como el cadmio níquel, manganeso, plomo, mercurio, que de esta forma se introducen también en las corrientes de agua.
Los efectos de la lluvia ácida sobre el terreno dependen en gran medida del tipo de suelo sobre
el que se deposita. Si el terreno es una formación de origen calcáreo, los ácidos serán rápidamente absorbidos por el carbonato cálcico que compone esta clase de suelos. Por el contrario, si la superficie de depósito es de composición arcillosa o granítica, las consecuencias son más graves, dado el enorme poder de disolución que tiene este tipo de agua de lluvia.
Otro efecto de la lluvia ácida es el aumento de la acidez en las aguas dulces, como consecuencia del incremento de metales pesados muy tóxicos, que provocan la ruptura de las cadenas tróficas y del proceso reproductivo de los peces, condenando a los ríos y lagos a una lenta pero implacable disminución de su fauna.
Los efectos de la lluvia ácida sobre el medio urbano son, por una parte, la corrosión de edificios, la degradación de las piedras de las catedrales y otros monumentos históricos y, por otra, las afecciones del aparato respiratorio en los seres humanos.
La vegetación expuesta directamente a la lluvia ácida sufre no sólo las consecuencias del deterioro del suelo, sino también un daño directo que puede llegar a ocasionar incluso la muerte de muchas especies
En estos enlaces se desarrolla una explicación mucho más detallada de la lluvia ácida y de numerosos aspectos relacionados con dicho problema medioambiental.
La lucha contra la lluvia ácida
Desde los años ochenta, se ha producido una toma de conciencia sobre la necesidad de controlar y paliar, en la medida de lo posible, los efectos perniciosos que sobre el medio natural ejercen las sociedades humanas. Las inversiones se han concentrado en impulsar el desarrollo de las llamadas energías limpias (solar y eólica, fundamentalmente), y la implantación de controles más rigurosos para limitar la liberación a la atmósfera de agentes contaminantes.
Los países industrializados han movilizado gran cantidad de recursos económicos para reducir las emisiones ácidas. En 1993, la UE acordó reducir las emisiones de óxidos de azufre en un 40% para el año 1998 y en un 60% para el 2003, y las de óxidos nitrosos, en un 30% para 1998. Otra de las medidas acordadas a partir del año 1993 fue la de instalar catalizadores en los coches de nueva fabricación, para conseguir la reducción de las emisiones de los mencionados gases. Uno de los progresos más significativos ha tenido lugar en las cámaras de producción de las centrales termoeléctricas, un causante esencial de las emisiones de ácidos a la atmósfera: se han incorporado técnicas que reducen e incluso eliminan la emisión de los óxidos de nitrógeno y azufre, que son recuperados y reutilizados como abono.
En la década de 1970 nos dimos cuenta de que las hojas de los árboles de muchos de nuestros bosques se estaban amarilleando y de que muchos de nuestros lagos parecían estar quedándose sin peces.La Acid precipitation Act de 1980 y la Clean Air Act Amendments de 1990 pusieron en marcha en EEUU un programa para controlar estas emisiones;se introdujo un programa de permisos transferibles que redujeron el coste total de la disminución del nivel de contaminación.
La Clean Air Act, aunque ha reducido la contaminación en EEUU,ha suscitado numerosas controversias;en 1997,Carol Browner,administradora de la Environment Protection Agency,propuso un endurecimineto de los niveles permitidos de partículas en la atmósfera;la controversia se refiere a los costes de reducir el nivel de partículas frente a los beneficios para la salud.
La administración de Clinton,atrapada entre las presiones del mundo empresarial y las de los ecologistas,al principió vaciló,pero finalmente optó por defender el endurecimiento de la normativa.Se tardarán años en saber si se materializarán las funestas consecuencias económicas previstas por las empresas.
Otros enlaces de interés:
(pág 170-171)
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